El término Phablet comenzó a usarse, no hace mucho, de
manera informal entre muchos fanáticos de la tecnología, pero con el
correr del tiempo tomó estado público cuando los mayores fabricantes de
dispositivos portátiles lo empezaron a utilizar para designar a cualquier teléfono inteligente cuyo tamaño de pantalla superara las 5 pulgadas.
El término fue acuñado debido a que este tipo de aparatos combinan la capacidad de comunicación y trabajo de un smartphone y las grandes pantallas asociadas a las tablets, y teniendo en cuenta que ambos dispositivos comparten tecnología base como el sistema operativo y procesadores, lo cierto es que esa denominación es muy precisa.
Lo mejor de ambos mundos
Básicamente, una Phablet es una cruza entre smartphone y tablet,
uniendo las mejores características de ambas plataformas. A simple
vista, el único modo de diferenciarlas de una tablet o un smartphone es
por su tamaño de pantalla, demasiado grande para un teléfono inteligente, y demasiado pequeñas para ser útiles como tablets. Es
quizás esta gran dicotomía la que las impulsa en el mercado, ya que
aquellos que no saben por cual de los dos conceptos decantarse, tienen
en sus manos precisamente la mitad de cada uno, pero con la diferencia de que con una phablet se puede hablar por teléfono, mientras que con la mayoría de las tablets del mercado no.
Uno de los primeros impulsores de este concepto fue la coreana Samsung con el Galaxy Note, lanzado
al mercado con una pantalla de 5,3 pulgadas y lápiz, una apuesta
arriesgada cuando los demás dispositivos de la competencia ni siquiera
se acercaban a ese tamaño, por cierto un poco incómodo para su uso diario. Sin embargo, acabaron vendiéndose aproximadamente un millón de unidades en menos de dos meses. Esto empujó a los demás fabricantes a desarrollar su propio modelo de phablet.




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